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Conoce el nuevo look de la cascada del ancón

(3 octubre 2010).-

Una de las situaciones que más me impresionaron en la Sierra Madre Oriental con el paso del Huracán Alex por estas tierras, fue el cambio total que experimentaron algunas cascadas, como la de Velo de Novia, que está en la carretera que va de Santiago hacia la Laguna de Sánchez, justamente unos metros arriba de la Cola de Caballo.

Un par de días después de la llegada de Alex, este paraje había sido erosionado de una forma casi increíble; mi primera reflexión fue que al menos en los 35 años que tengo de frecuentar esos parajes nunca había llovido con esa intensidad.

Después, al comparar las fotografías anteriores al fenómeno con las recientes, pude observar que un gran árbol que se ubicaba a un lado de la cascada desapareció, junto con buena parte de la tierra que lo rodeaba; considerando que la edad del mismo rondara los 100 años podríamos deducir que Alex trajo el mayor diluvio en el último siglo.
La Cascada del Ancón
Después recibí comentarios de que en otras zonas del Estado este fenómeno había literalmente arrancado sabinos de varios metros de diámetro, árboles que por sus dimensiones podían haber vivido los 300 años.

Mi curiosidad por ver cómo estaban muchos de los sitios de nuestra Sierra Madre no pudo ser satisfecha hasta buen tiempo después, ya que la mayoría los caminos fueron parcialmente destruidos.

Entre esos sitios, uno de los que más me inclinaba por visitar era La Cascada del Ancón, que se encuentra ubicada entre el municipio de Rayones y la comunidad de Casillas, en las faldas de la cara sur de la Sierra California.

La cascada forma parte de un manantial que nace a un par de kilómetros del cauce del Río Pilón y puede ser vista desde el camino.

Mi primera experiencia con este espectacular salto fue sin recomendación alguna, simplemente por accidente la vi en una ocasión que me dirigía a Casillas. Regresé al poco tiempo con toda la intención de fotografiarla y realizar la caminata hasta las fosas que forma al caer.

Mi conclusión fue que una maravilla natural como ésa tal vez sólo era conocida por muy poca gente ante su escasa difusión.

En realidad, el paraje está formado por dos cascadas, la primera en forma de abanico o catarata alcanzando 30 metros de altura, y la segunda en forma de salto intermitente "de un solo chorro" de 45 metros de longitud.
Rappel en la cascada del ancon
Esto fue hace casi 10 años, pero incluso hoy las tomas fotográficas que se pueden observar en la red son de mi página web o blogs y redes sociales en las que tengo información.

Volviendo a mi afán reciente de observar el Ancón después del Alex, fue hasta mi segundo intento cuando encontré el camino reparado y pude llegar a mi encuentro con este salto.

Mi sorpresa fue grande al ver que la cascada había cambiado rotundamente. Antes sólo se veía desde el camino la primera caída, pero ahora la segunda cascada tomó un nuevo cauce dando cara al valle, incluso se generó un tercer salto, de menores dimensiones, pero visible desde el camino.

Desde mi punto de vista, en el Ancón, Alex sí realizó una labor escultórica mejorando la estética del sitio, contrario a la cascada Velo de Novia en Santiago, cuya forma anterior me gustaba más, aunque habrá que verla cuando se cubran sus costados de verde con musgos, helechos y demás flora de ambientes húmedos.

Sin importar las expectativas y aficiones del visitante, la cascada del Ancón es para todos, desde el simple observador de parajes naturales hasta el aficionado a las actividades más extremas.

En mi caso, he visitado el sitio en varias ocasiones, siendo la más extrema la que realicé con mis amigos Roberto Leal y Gustavo Casas, en la que expresamente fuimos a rapelearla en medio de la fuerte temporada de lluvias del 2008, con el objetivo de descender por la línea de más intensidad de agua y ver la posibilidad de realizar también un descenso por la canaleta o pequeña caverna que tiene en uno de sus costados.

Ya que la cascada permite escalarla por uno de sus costados, en esa ocasión la descendimos varias veces en plena lluvia viviendo momentos verdaderamente lúdicos, con una buena dosis de sarandeadas y golpes menores, En cuanto a la canaleta, lo crecido del nivel del manantial nos impidió adentrarnos en él.

Hoy, más que nunca, vale la pena conocer La Cascada del Ancón o, en caso de ya conocerla, tener un nuevo encuentro con ella y su nuevo "look".

Para llegar al sitio hay que salir de Rayones con rumbo a Casillas y en el kilómetro 26 se llega al poblado de Emilio Carranza, 5 kilómetros adelante se encuentra el caserío del Ancón, hogar de estos saltos.

A tres meses del Alex aún queda mucho por recorrer en la Sierra Madre para ver en ella el efecto del paso de este huracán; no cabe duda de que este desafío nunca termina.

 
desafioextremo@intercable.net